Luna azul
La «luna azul» es un fenómeno que se da cada dos años y medio y sirve para nombrar a la segunda luna llena de un mismo mes; el 1 vimos la primera luna llena de octubre y el 31 la segunda. Según la NASA, este nombre no significa que la luna vaya a verse azul… Y, efectivamente, eso parecía hasta que he visto la foto que he hecho al pasar junto a la estatua de Alejandro Magno…. La imagen era inspiradora y la fotografía lo es más. Y, os aseguro que no tengo el nivel de fotógrafa suficiente para conseguir deliberadamente ese efecto.
«Luna azul». La asociación de estas dos palabras me llevan directamente al Simbolismo, la tendencia más innovadora de la lírica de la segunda mitad del S. XIX.
Charles Baudelaire bien podría haber sido quien diera nombre a este fenómeno. Este poeta francés, padre del Simbolismo y, por qué no, de la lírica moderna, estableció en el soneto «Correspondencias» las bases de la sinestesia, al expresar una nueva realidad a partir de la mezcla de sentidos y sensaciones. Este recurso retórico se consigue asociando un sustantivo con un complemento del nombre con el que no tiene nada que ver, creando así una minimetáfora sugerente, difícil de entender fuera de su contexto.
La forma más habitual de formar una sinestesia es relacionando un sustantivo con un adjetivo, como pueden ser estos ejemplos de «Correspondencias» :»Perfumes, verdes, dulces, corruptos, ricos y triunfantes» , pero también utilizando un SP (un sintagma preposicional) como vemos en «ojos de terciopelo» del poema «Himno a la belleza» o «llanuras de aburrimiento» ejemplo extraído de «La destrucción».
Estos poemas pertenecen a Las flores del mal, obra que le supuso al autor un proceso judicial por inmoralidad en 1857, el mismo año que Flaubert fue también juzgado por su Madame Bovary aunque este último salió mejor parado.
La aportación a la poesía de este poeta maldito fue crucial para los autores posteriores, especialmente para los modernistas como Rubén Darío o Juan Ramón Jiménez en su primera etapa de creación.
Revolucionó la lírica, superando el Romanticismo, pues introdujo nuevos temas como la ciudad, el mal, la creación artística o el «spleen», palabra referida al hastío o tedio vital. Además, apostó por la renovación de los géneros y formas tradicionales rompiendo, por ejemplo, con las fronteras entre la prosa y el verso; creó nuevos ritmos y versos, llenándolos de ecos musicales; utilizó imágenes sorprendentes y situó al símbolo como centro del poema y al poeta como único ser capaz de interpretar y entender esos símbolos.
«Luna azul» es, sin lugar a dudas, un nombre muy sugerente e inspirador como podemos ver en las múltiples versiones de la canción Blue moon.
Os dejo con Frank Sinatra.